Holanda ya está en los cuartos de final del Mundial de Qatar sin hacer grandes alardes. La oranje superó a Estados Unidos en un encuentro que encarriló muy rápido gracias a una jugada colectiva que culminó de disparo cruzado Memphis Depay. El equipo dirigido por Louis van Gaal apenas mostró fisuras defensivas frente a un rival que está en el camino para hacer un gran papel en el próximo Mundial, donde competirán como anfitriones del evento.

Pese a no contar con los nombres estelares en su plantel, el equipo holandés entraña un hueso muy duro de roer para cualquier enemigo. Su fortaleza reside en el hambre de unos jugadores con unas ganas tremendas de reivindicarse tras ser señalados en muchos casos en sus respectivos clubes. De Jong, Depay o incluso Dumfries no cuentan precisamente con la mejor prensa.

Eso poco o nada les está importando en un Mundial donde son titulares indiscutibles y donde están cumpliendo con creces con resultados. El equipo holandés sólo tuvo un pequeño momento de duda cuando ya con 2-0 cuando Haji Wright anotó de churro un gol en el que le salió sin querer una vaselina para superar a Noppert.

Holanda tardó cinco minutos en reaccionar para cortarle las alas a su rival. Los americanos dejaron que Blind –autor del segundo gol– levantase la cabeza para poner un centro para Dumfries para que directamente la empujase al fondo de las mallas resolviendo un partido que no tuvo mucha más historia.

Así jugó Holanda

Louis van Gaal dispuso su Clásico 3-5-2 con dos carrileros largos que fueron lo mejor del encuentro. Sus incorporaciones ofensivas resultaron letales para una defensa estadounidense que no supo cómo pararles. El resultado fue que Dumfries y Blind sumaron cada uno un gol y una asistencia.

Así jugó Estados Unidos

El equipo norteamericano hizo su clásico 4-3-3 con Pulisic y Weah buscando las cosquillas a los centrales holandeses. Un imperial y organizativo Van Dijk hizo que sus intentonas fueran en balde durante el partido. Ni la velocidad les permitió tener ocasiones en un encuentro muy cerrado.

MVP: Denzel Dumfries

El jugador del Inter de Milán, famoso esta temporada por la mano no pitada contra el Barcelona, fue el mejor de todo el choque. Dio el primer gol regalado a Memphis Depay y luego sentenció el partido con un tanto en el minuto 81. Merecido MVP para uno de los jugadores más polivalentes de todo el campeonato.